Martes 24 de abril de 2012, por Antonio Conrado (actualizado el 24 de abril de 2012)
LUNES, 23 DE ABRIL
Nuestra Escuela Viajera toca a su fin. No tenemos suficientes palabras para expresar los sentimientos que se nos agolpan a la hora de la despedida. Entre lágrimas, abrazos y sonrisas, nos despedimos. Cada grupo vuelve a su lugar de procedencia. Cumpliendo, como siempre, el programa, los asturianos emprenden la marcha a las 10 de la mañana de un lunes frío y gris. Media hora más tarde, el autobús de la empresa Flores, estacionado desde la madrugada en la esquina de la Escuela Hogar de Almazán, inicia su viaje hacia Madrid, donde dejamos a los compañeros de Tenerife para coger su vuelo desde el aeropuerto de Barajas.
Ahora solo quedamos nosotros en el autobús. Salimos de Madrid en dirección a Fuente Carreteros. El viaje es cómodo. Paramos dos veces y por fin, a las siete de la tarde estamos en la puerta del Colegio. Allí nos esperan nuestros familiares, inquietos desde hace rato.
Estamos de vuelta, alegres, “sanos y salvos”.
Nuestro viaje ha terminado... ¿o no?
Misión cumplida.